El efecto pijama en los tiempos del coronavirus
Recuerdo con cierta nostalgia mis comienzos en la localización de software para IBM. En aquellos tiempos las pantallas eran verdes y las líneas de comunicaciones que nos conectaban con el mainframe costaban un potosí. En aquellos tiempos, a finales del siglo pasado, los traductores trabajábamos juntos en la misma sala y una vez terminada la jornada laboral podíamos pasar de trabajar codo con codo a empinarlo en los bares cercanos. ¡Éramos jóvenes!
Todo aquello terminó y la gran mayoría de traductores profesionales y muchos jefes de proyecto trabajan hoy en día desde su oficina en casa, en bata o en pijama. Esto, claro está, tiene muchas ventajas y algún que otro inconveniente.
En estas circunstancias, para tener éxito, el trabajador virtual debe tener cinco capacidades, que la Sra. Baggio define como "respond -abilities". Estas cinco capacidades serían:
- Actuar con autonomía
- Establecer prioridades y cumplirlas
- Ser auténticamente productivos
- Tomar decisiones responsables
- Alinear las conexiones
La presentación también explicó el tipo de dirección adecuado para los trabajadores virtuales. Es obvio que en este caso el control presencial tiene muy poco sentido y que debe aplicarse una dirección por objetivos. Pero tan importante como esto es dejar claras las expectativas del teletrabajador, establecer los límites, realizar reuniones periódicas y humanizar a estas personas.